jueves, 26 de marzo de 2020

Distanciamiento social, frase de nuevo cuño ante el COVID-19


Empezó a sonar con la propagación del COVID-19.  

El distanciamiento social es el mejor modo para evitar la propagación del virus.


El distanciamiento social no es más que una serie de medidas y recomendaciones para reducir el contacto físico entre las personas, con el interés de evitar el contagio y prevenir la propagación.

Observar las medidas de distanciamiento social es la mejor muestra de solidaridad que podemos ofrecer en este momento de pandemia.



miércoles, 25 de marzo de 2020

La infodemia, un mal sigiloso que juega con nuestra desesperación


Este término se refiere a la “sobreabundancia de información, alguna rigurosa y otra falsa, que se difunde sobre un tema”, indica Fundéu. 

El 18 de febrero, la OMS muestra preocupación por la infodemia relacionada con el Coronavirus y el director general de la misma, Dr Tedros Adhanom Ghebreyesus,  señala que la evolución del brote (aún no se había declarado pandemia) dependería de que se haga llegar la información correcta a la gente que la necesita, según indica una publicación de El País.

Y es que a la misma velocidad que se expande el virus, corren las informaciones falsas que “obstaculiza las medidas de contención del brote, propaga pánico y confusión de forma innecesaria y genera división” dice el periódico español El País.

En España, país que actualmente vive una profunda crisis por el COVID-19, se ha creado el grupo de investigación “ScienceFlows de la Universitat de València, que trabaja en la comprensión pública, la percepción social y la divulgación de la ciencia” que tiene en curso un estudio sobre las características de los bulos relacionados con el COVID-19 que llegan a través de la aplicación de mensajería WhastApp.

El periódico Público, también de España, hace una recopilación breve de posibles acciones para identificar y detener una información falsa, entre las que están identificar la fuente; no reenviar de manera automática; tener actitud crítica y saber que las pseudoterapias y curas milagrosas no son la solución.  También ofrece unos números de denuncia, que lamentablemente en nuestro país aún no tenemos, sin embargo, sus recomendaciones son válidas para cualquier país o persona que no desee ser parte de la infodemia.

A República Dominicana llegó el Coronavirus precedido de una gran cantidad de bulos, que mezclados con nuestro folklor han enriquecido la infodemia.  Audios donde supuestos científicos ofrecen soluciones domésticas prácticamente milagrosas, uso de logos y el nombre de instituciones para lograr falsa credibilidad, audios y vídeos sacados de contexto, audios de autoridades locales ofreciendo datos que parecen confiables, en fin, se trata de un ataque masivo, casi siempre con fines lucrativos donde cada de nosotros podemos ser la víctima.

También, quizás como escape a la tensión, surgen chistes, montajes, memes, ridiculizaciones que se ríen y ponen en duda lo terrible de la pandemia.

Las más recientes informaciones falsas divulgadas en el ambiente local, se refieren a un audio que se le atribuyó al director médico de CEDIMAT, sobre un supuesto pico del COVID-19 en el país y el más nuevo, donde se informa sobre la muerte del doctor Jiminian, ambos fueron desmentidos por medios de comunicación confiables.

En nuestro país tenemos una crisis de salud, que toca todos los aspectos de nuestra vida como pueblo, como sociedad, como familia y como individuo y está en nuestras manos por lo menos mantener la cordura y tratar de salir fortalecidos\as de esta situación.  Verifiquemos la veracidad de las informaciones, antes de divulgarlas.



lunes, 22 de octubre de 2018

El amanecer de Ángel


La odisea de dejar la cama cada mañana


Por: Melania Febles

¡Midalia, déjame ser felí!
¡Que no me digas Migdalia, yo soy tu abuela… levántate, que vas para el colegio!

Son las 6:30 de la mañana de un miércoles que promete ser luminoso, lo que deja a Ángel sin la excusa de la lluvia para faltar al colegio, aunque intenta extender el tiempo que permanecerá en su cama.

“Los fines de semana tú te quieres levantar de madrugada y no dejas dormir a nadie, pero cuando tienes que ir al colegio, hay que obligarte”, se lamenta Migdalia, su voz mezclada con la de su nieto a esta temprana hora.

Con cuatro años a cuestas, la exclamación de Ángel lleva una sonrisa a los rostros adormilados de los vecinos cercanos, que trabajosamente sacan su cuerpo de la cama para enfrentar el tráfico y un nuevo día de trabajo.

La necesidad de ser feliz fue la primera y estridente excusa para no levantarse, petición que le negaba su abuela “desalmada”.  Después de diez minutos, Ángel había pasado de la indignación al ultraje y de ahí, como en un caleidoscopio de emociones, un llanto que al principio se oía fingido, pareció desatar ríos cristalinos de sus ojos.

Ajena a este despliegue histriónico, la abuela sigue con su misión de inefable amor.  Ángel irá a tiempo al colegio cada día y ella se encargará de eso, Migdalia y los vecinos que cada día siguen el desarrollo de nuevos episodios de negación lo saben, Ángel también lo sabe, lo que no evita que crea poder camelar a la abuela, en un ejercicio cotidiano de ingenio infantil.

Cuando llegan las 7:00 de la mañana y el ambiente está poblado de luz y de sonidos, se ha escuchado la voz de Migdalia que sonsaca, ruega y amenaza indistintamente para lograr que Ángel deje la cama, cepille sus dientes y se bañe, además del tortuoso proceso de desayunar.

A las 7:20 de la mañana se escucha un articulado y alborozado ¡buenos días, vecina, yo voy a mi colegio donde mi maestra!, de un sonriente Ángel, que con una imagen tan reluciente como el mañanero sol, casi arrastra a su abuelo Víctor rumbo a ese mundo maravilloso de amiguitos y aprendizajes lúdicos. Alegre y vivaracho, va rumbo a su colegio.